Reivindicarnos con los jóvenes en los Juegos Juveniles del Eje Cafetero
noviembre 6, 2024El evento buscará mostrar el trabajo de las regiones con los nuevos talentos deportivos, aunque también representa una oportunidad valiosa para entregarles a los jóvenes un lugar, en una sociedad que los olvida con frecuencia.
Este sábado 9 de noviembre se inaugurarán los I Juegos Nacionales Juveniles del sector convencional y Paralímpico en el Eje Cafetero. Una apuesta que se adapta a los estándares internacionales del deporte; sin embargo, en el caso de Colombia, omitiendo aspectos fundamentales.
Los Juegos Nacionales Juveniles, según Decreto 1052 (junio de 2022) y según la Carta Fundamental (febrero 2023), se celebran con el propósito de iniciar el ciclo deportivo nacional, haciendo especial referencia al ejercicio que el Sistema Nacional del Deporte viene realizando en la construcción de una reserva deportiva sólida.
Lo que llama poderosamente la atención es que siendo un evento que apenas nace, su enfoque está orientado al alto rendimiento deportivo, evitando desde sus bases jurídicas un diálogo social directo y oportuno con la juventud.
Los Juegos Olímpicos de la Juventud surgieron en esencia, para fortalecer los lazos de los jóvenes con el deporte, para disminuir la obesidad infantil y profundizar en las deficiencias que miles de adolescentes en el mundo (especialmente en Europa) estaban sosteniendo en entornos educativos.
Los estándares del deporte internacional a nivel olímpico, fundamentan los eventos multideportivos en pilares profundamente arraigados a los contextos sociales, el caso de los jóvenes no fue la excepción. Así que termina siendo una lástima que Colombia pase por alto que su juventud está inmersa en múltiples problemáticas. Desde la deserción universitaria, las escasas oportunidades laborales, hasta el fenómeno mundial que señala que para los jóvenes ahora es más difícil conseguir vivienda propia, consecuencia de la burbuja inmobiliaria.
A esto se suman indicadores estremecedores, como que al cierre de septiembre del 2024, el informe de Medicina Legal reportaba 204 muertes por suicidio en niños, niñas y adolescentes en Colombia, al mismo tiempo el informe reveló que 440 más fueron asesinados. La cifra de decesos por diferentes causas sumaron para el cierre de ese mes 1.267 víctimas. Y si tenemos en cuenta las edades, en Colombia se presentaron 673 suicidios en jóvenes entre los 18 y 28 años entre enero y septiembre del presente año, esa cifra aumenta a cerca de 5.000 sumada al indicador de jóvenes asesinados.
Justamente, el 18 de noviembre del 2023 en el transcurso de los Juegos Nacionales absolutos, Hernán Felipe Acevedo Galicia, integrante de la Liga Risaraldense de Voleibol, tomó la triste decisión de acabar con su vida, esto como consecuencia de no ser convocado al encuentro multideportivo nacional.
En noviembre, mes de la celebración de los Juegos Nacionales Juveniles, las cifras de Medicina Legal han aumentado, en un país que que parece darle la espalda a esa relación directa entre la práctica deportiva y la urgencia de reivindicar el valor de los jóvenes en nuestra sociedad. El afán de las medallas, nos ha obligado a ignorar lo esencial, mutilando cualquier asomo de conservar un equilibrio desde el papel, hasta la práctica.
Curiosamente, el mismo año de los Juegos Nacionales Juveniles, mientras más de 5.000 jóvenes se suicidaron o fueron asesinados; 5.192 jóvenes están inscritos en el evento convencional, y otro tanto en el de discapacidad. Un contraste que pone sobre la mesa la responsabilidad de arrebatarle víctimas a los problemas mentales, sin el soborno de tener que convertirlos en campeones.
Que sean los Juegos Nacionales Juveniles en el Eje Cafetero, un hito en la historia, en la historia deportiva y social del país; que las medallas no sean solo el metal, sino el impulso para que quienes no creen tener un futuro cierto, lo encuentren en el deporte, un deporte sin presiones y sin roles egoístas.
Que sean los juegos de las oportunidades, de la reivindicación y de la vida. Porque al final del día, entenderemos que a los jóvenes los necesitamos más que a las medallas.
*Este artículo está dedicado a la memoria de mi gran amigo, *Hernán Acevedo Galicia, Q.E.P.D