¿Quién le seguirá los pasos a William Cano en Risaralda?

¿Quién le seguirá los pasos a William Cano en Risaralda?

mayo 28, 2024 Desactivado Por Carlos Marín

Para nadie es un secreto en el sector deporte de este departamento, que William lideraba un grupo de ligas con fuerte influencia política, que se abrían paso con movimientos y jugadas estratégicas. Se preguntan algunos dirigentes, ¿Quién será su reemplazo?

El dirigente deportivo del que hoy se desconoce su paradero, no solo se fue dejando problemas con la justicia por presuntos casos de acoso sexual e incluso presuntos líos en documentación de contratos; también dejó un vacío entre sus discípulos.

El liderazgo de William Cano terminó siendo nocivo para el deporte en Risaralda, si bien su conocimiento generaba respeto y admiración entre sus seguidores, por momentos su figura trascendía a la de un dirigente; para convertirse en un cacique con amplio control de los movimientos y estrategias al interior del sector.

El deporte en Colombia, al tener una base social marcada carece de una cualificación profunda en áreas como el mercadeo, la gestión estratégica, la planificación y la relación pública; luego las falencias de la estructura del Sistema Nacional del Deporte, SND, que obliga a las ligas a sostener una constante dependencia hacia el Estado, propiciaron un panorama ideal para él desenvolverse.

El dominio y control en posibles respuestas en un escenario de numerosas necesidades, lo elevaron a una figura superior, que con los años supo aprovechar de manera positiva para fortalecer la gimnasia en Risaralda, y en lo individual para crear un grupo con seguidores y admiradores. Todo bien hasta ahí.

En medio de un mar de desconocimiento, sus saberes fueron pan para el hambriento. Cano fue ganando terreno, mostrándose como un actor ejemplar entre la alta dirigencia.

Consiguió su mayor relevancia en el período del equipo del Cambio, liderado por Juan Pablo Gallo en el primer período, después por Carlos Maya. Allí logró la simpatía aparente de un número significativo de representantes de ligas, y es necesario acotar, el concepto de simpatía aparente, porque hay algo claro en estos sectores, y es que los dirigentes deben estar donde mejor les sirvan, así no quieran.

En un sector con amplias necesidades en Latinoamérica, los dirigentes deportivos, entrenadores y hasta deportistas, se ven obligados a participar activamente en política, porque el sistema así lo demanda, esto sin tener tacto o conocimiento alguno, por eso se convierten en perfiles tan manipulables para la política tradicional.

Este contexto se prestó para que Willliam Cano llegara a ostentar tanto poder de decisión tras bambalinas, que incluso circulaba entre pasillos, que algunas decisiones importantes en el deporte en Pereira, se consultaban con él.

El poder auténtico necesita de unas pinceladas de nobleza. Hubo situaciones en las que él y su grupo señalaron abiertamente a personas opositoras de sus intereses, marcándolas y cuestionándolas internamente por interferir en el camino. Es decir, ya no era un simple grupo, se transformó en un equipo político al interior del sector deporte en Risaralda, bajo el lema: ‘Si no hago política, me la hacen’.

En el 2022 algunos dirigentes comentaron, que lo que había integrado William Cano con su séquito de ligas, no correspondía a los intereses genuinos del sector, que es promover un desarrollo colectivo constante. Cualquiera creyera que el sector no habla, y sí, si que habla, se retroalimenta al interior, se cuestiona, a veces cerca a la función pública, a veces lejos. Esa es su dinámica.

Esto desnudó en el 2023, pleno año de Juegos Nacionales y Paranacionales, a William Cano y al grupo de reducido de ligas con el que trabajó de manera más estrecha, como un grupo que promovía sus intereses individuales, aplicando estrategias y movimientos políticos para lograrlos, relegando los auténticos intereses del sector en sus necesidades colectivas más apremiantes.

La división promovida casi de manera imperceptible, no trajo grandes satisfacciones a Risaralda; los Juegos Nacionales y Paranacionales pasaron de largo en algunos aspectos claves, y los escenarios al son de hoy continúan con debilidades; incluso algunas se potenciaron, a excepción del complejo acuático y el campo de tiro con arco.

La mayor crítica que se le hace a William Cano como dirigente, fue tratar de dividir al sector, mostrándose como un gurú facilitador de oportunidades para las ingenuas ligas en su sentido más abstracto.

Para la razón, el tiempo; eso apunta una frase muy popular en Risaralda.

Las preguntas que surgen ahora son, ¿Quién será el reemplazo de William Cano?, ¿Aprendió el sector?, ¿Necesita el sector de esos polémicos dirigentes?, ¿Insiste el sector en dividirse a toda costa?

Lo cierto es que el paso de William Cano por la gimnasia de Risaralda no solo dejó enseñanzas positivas, también profundas reflexiones sobre el ejercicio de ser dirigente en medio de las necesidades; además le enseñó al sector quiénes realmente tienen la bondad de cooperar por un desarrollo colectivo, y quiénes a usanza de la politiquería, quieren obtener algo a cambio. Se desnudaron por completo a la luz de un dirigente ausente en el presente, ¡Qué más ingenuidad que esa!

La experiencia aprendida es más real de lo que se quiera reconocer, es por eso que los dirigentes que deseen ocupar esa posición, lo deberán pensar dos veces, porque, aunque en el sector no haya abundante cualificación, está demostrado que los dirigentes no son tan estúpidos como quieren creer algunos, precisamente porque tienen a la mano una herramienta tan poderosa como el deporte.