La lucha constante de la mujer por tener lugar en el deporte

La lucha constante de la mujer por tener lugar en el deporte

marzo 8, 2021 Desactivado Por Carlos Marín

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El Eje Cafetero es una región privilegiada por su talento. Si bien el desarrollo del deporte asociado no se compara con el de otras regiones del país, el talante de la mujer ha llevado que la zona resalte a altos niveles de representatividad.

El 8 de marzo se ha transformado a lo largo de los años en una fecha para celebrar la existencia de la mujer en este mundo. Su valía, su importancia al interior de la sociedad e incluso su aporte a cada uno de los sistemas que la han reconocido en su esencia. 

Sin embargo, es necesario dejar claro que el 8 de marzo se ajustó como Día Internacional de la Mujer, no precisamente como una fecha para celebrar; sino como un momento para conmemorar la lucha de la mujer por ser incluida justamente en esos sistemas segregadores, que han invisibilizado sus capacidades, reducido sus oportunidades e imposibilitado su participación activa en los diferentes sectores de la sociedad.

El deporte

El 8 de marzo también nos recuerda la lucha constante de la mujer por tener un lugar en el deporte. Ese que mira de frente a la masculinidad y esquiva sin reparo alguno, las intenciones por vivir prácticas más incluyentes en la sociedad.

En Colombia los ejemplos son evidentes. Las regiones todavía no cuentan con ejes dinamizadores de desarrollo deportivo, donde la mujer pueda encontrar altas oportunidades para desarrollarse.

Empezando por el patinaje y concluyendo con el rugby. Atravesando deportes individuales y llegando a prácticas del deporte no convencional. 

Focalizando las necesidades, en los deportes de conjunto no se cuenta con el suficiente respaldo de la dirigencia deportiva. Osados son aquellos que se atreven a pedir una liga femenina de fútbol de ocho meses, descarados quienes apuntan a que la liga superior de baloncesto femenino en Colombia, pueda tramitar salarios al interior de un país que históricamente les ha exigido a sus deportistas que se marchen.

Ni hablar de los grandes organizadores de eventos, que, siendo adeptos al capitalismo, se niegan a aceptar oportunidades para el deporte femenino porque “no vende”. Prácticas lesivas a todas luces, que desdibujan la importancia de generar escenarios de participación incluyentes y reales para todas y todos los actores de una sociedad.

El deporte, como mensaje, promueve inclusión y respeto por encima de cualquier ambición personalista. No existe el deporte que distinga de géneros, de lo contrario no puede llamarse deporte, sino negocio.

A la región la visibiliza la mujer

Caldas, Quindío, Risaralda y Tolima, gozan de estatus en el deporte porque también la mujer ha contribuido para ello. La historia lo resalta cada vez que recurrimos a ella.

Sara López (Tiro con Arco), Clara Juliana Guerrero (Bolos), Maira Alejandra Vargas (Triatlón), Ingrit Valencia (Boxeo), son apenas nombres que reflejan todo lo que han entregado estas deportistas a Colombia, siendo de esta zona del país.

Eso solo hablando desde la esfera deportiva, en el mercado laboral, otros han sido los alcances. Una región que poco a poco interpreta las habilidades de las mujeres y cómo estas se ensañan con su inteligencia, para contribuir al progreso.

Es absurdo pensar que después de todo, en los diferentes escenarios de participación donde la mujer puede sumar, se le excluya por el simple hecho de ser mujer.

Por eso el 8 de marzo (8M), es más que una fecha especial, es una fecha para resaltar que la mujer sigue trabajando por ser incluida, cuando no debería ser así.

 

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