Fútbol femenino, la molestia de muchos en Colombia

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Cada tanto salen a la luz pública los indignados por la participación de las mujeres en el contexto del fútbol profesional colombiano.

El último de ellos fue Eduardo Dávila, dueño del Unión Magdalena, quien como si no tuviera madre mandó a jugar dominó a las mujeres.

En Colombia hay cientos, incluso miles que tienen el pensamiento de Dávila, lo peor de todo es que están inmersos en la dirigencia del deporte nacional.

Ese patriarcado brusco, retador, misógino que no puede ver a las mujeres en otro sitio diferente a lavar, planchar, cocinar o cuidando niños se esconde entre altos cargos y oficinas.

Indirectamente el señor Eduardo Dávila cree que sabe mucho de fútbol masculino. Es mucho decir ver al Unión Magdalena de los últimos años, o por el contrario, ver cómo en Santa Marta se administra el deporte, la infraestructura deportiva o el mismo talento oculto entre sus calles. Por citar solo un ejemplo, el estadio Eduardo Santos es un fiel reflejo.

En esa misma orilla Colombia se ha convertido por décadas en un Estado que subsidia el fútbol. A lo largo y ancho del territorio nacional los municipios deben cederle a cuotas mínimas el alquiler de los estadios a los clubes privados, para que el fútbol profesional como lo conocemos, funcione.

Y como si fuera poco desde el surgimiento de la Liga Femenina, el gobierno central ha tenido que sortear en diferentes oportunidades con subsidiar el proyecto.

Cada vez que la Confederación Sudamericana de Fútbol, Conmebol, o que la Federación Internacional de Fútbol Asociado, FIFA, trae un evento juvenil al país, es el Estado el que debe responder.

Las frases provenientes de esos dirigentes solo corresponden a la idea que un sector amplio de la dirigencia deportiva del fútbol colombiano, disfraza su incapacidad por gestionar el fútbol femenino.

Una adecuada gestión del fútbol femenino como lo hacen con el masculino, desde el fútbol base. Así, solo así, se fortalecerá mucho más. Las niñas que reciben formación hoy, son las mujeres responsables de dar espectáculo en el mañana.