En Pereira, el deporte y el arte oxigenan ante los actos de vandalismo
mayo 10, 2021[et_pb_section fb_built=»1″ _builder_version=»4.7.7″ _module_preset=»default» custom_padding=»21px|||||»][et_pb_row _builder_version=»4.7.7″ _module_preset=»default» custom_padding=»5px|||||»][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»4.7.7″ _module_preset=»default»][et_pb_text _builder_version=»4.7.7″ _module_preset=»default»]
Este domingo 9 de mayo, Pereira volvió a dar ejemplo a través de una multitudinaria marcha pacífica de los deportistas. Cientos de simpatizantes del deporte, la actividad física y la recreación, dijeron ‘no a la violencia’.
En estos tiempos cuando la revuelta parece que se ha hecho necesaria para posar los ojos del Gobierno Nacional sobre las diferentes realidades sociales del país, la alteración del orden público se ha salido de las manos desde todos los frentes.
Tanto desde el gobierno que se ha excedido en el uso de la fuerza hacia los ciudadanos, como desde la ciudadanía con las vías de hecho que siguen causando estragos en diferentes ciudades de Colombia.
La revuelta, que en su concepto invita a desestablecer lo establecido, alterar la rutina y cambiar el cauce de lo cotidiano, ha trascendido para arrebatarle la vida a ciudadanos, entre los que se encuentran policías y civiles.
En ese frívolo ambiente, el deporte y las diferentes expresiones artísticas han aparecido para revolucionar desde un discurso pacífico el desahogo social. Esa revuelta excesivamente violenta se está transformando en una expresión pausada, reflexiva, doliente de la vida humana; pero no ingenua.
La marcha que salió desde el Centro Administrativo Municipal de Dosquebradas, transitó por la Avenida Simón Bolívar, el Viaducto, la Avenida Ferrocarril de Pereira, la Avenida 30 de Agosto, concluyó en la Villa Olímpica, que se podría decir, es el epicentro del deporte en este departamento.
La actividad de cierre de esa manifestación pacífica la protagonizó Santiago Ramírez, estudiante de Ciencias del Deporte y la Recreación, de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Santiago llegó armado con sus tres potes de pintura y como cualquier influenciador, motivó a que los deportistas, entrenadores y transeúntes se expresaran a través de diversos colores sus emociones. Fue un gesto liberador para los asistentes.
En la Plazoleta Risaralda quedaron selladas las frases que resumen el sentir de las personas, el dolor de la ciudadanía frente a lo que se ve, lo que se huele, lo que siente en el día a día.
Con esto se demostró una vez más que el deporte es transformación, que las expresiones artísticas son desahogo y que más temprano que tarde, todo volverá a encaminarse sin que antes se haya cumplido con el propósito.
Dato: durante varias jornadas de paro, Pereira ha liderado diferentes apuestas en múltiples expresiones artísticas.
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