Deportivo Pereira, con errores frecuentes en su administración
agosto 30, 2021La premisa que somos humanos y nos equivocamos ha sido un postulado filosófico desde siempre, en esa pregunta de quiénes somos y cuál es el propósito de nuestra vida.
Sin embargo, una cosa es equivocarse de vez en cuando y otra es frecuentar el error. Eso pasa con la Corporación Social, Deportiva y Cultural, Corpereira.
No logra salir de un atolladero, para meterse en otro a nivel administrativo. Lo que refuerza ya el descontento que la fanaticada pereirana trae desde que descendió por malos manejos en el 2011.
Ni siquiera el ascenso en 2019 reformuló la dosis de confianza entre la dirigencia y los aficionados, porque nunca desde que llegó el actual gerente liquidador, ha existido una comunicación horizontal con los actores que circundan al Deportivo Pereira.
Ha sido un auxiliar de la justicia que todo su accionar lo ha priorizado de espaldas, justamente en un negocio donde se requiere dar la cara.
Esto sin duda, ha posibilitado alteraciones en la estructura organizacional del club, climas adversos por momentos y que una figura como la del jefe de seguridad, esté por encima de la figura del jefe de área de comunicaciones, cuando deberían ser trasversales y complementarse entre sí.
Es común ver en las oficinas del cuadro matecaña, cómo el jefe de seguridad tiene un rol más que preponderante, dominante sobre los demás roles que hacen el engranaje institucional.
Luego, esto no es nuevo. En algunos momentos colaborares del Deportivo Pereira de manera privada lo han manifestado, lo han expresado a través de chats de whatsapp. No hay estructura administrativa que genere credibilidad en el tiempo, era necesaria la venta privada.
Esto genera que varias áreas en el matecaña estén por debajo de las expectativas, entre ellas el área de mercadeo, el área de comunicaciones y el área de seguridad y logística. Las tres fundamentales para complementar la actividad deportiva del club.
No hay quien vele por una dignidad laboral. La misma área de comunicaciones, sufre precariedades, desde su sueldo, hasta las mismas funciones que se deben cumplir.
El papel de la prensa
En años anteriores desde la institución que representa a los pereiranos se ha solicitado que la prensa también asuma sus errores, claro está, aplicando el mismo postulado filosófico.
Nosotros los periodistas por supuesto que nos equivocamos. Negarlo sería cínicamente reprochar una obviedad laboral.
Puesto sobre la mesa el reconocimiento de la equivocación, ni siquiera este es comparable con la problemática administrativa que persiste en el cuadro risaraldense. Deportivo Pereira se equivoca una y otra vez, porque le cuesta reconocer el error, no hay comunicación y es renuente al trabajo periodístico.
De las infortunadas declaraciones de la jefe de mercadeo, pasamos a la falta de coordinación del señor Rubén Marín en la logística del ingreso al escenario deportivo y posterior señalamiento hacia nuestro colega Mauricio Gómez Buriticá.
Autonomía administrativa
Si algo me ha quedado claro en estos ocho años que llevo cubrimiento al Deportivo Pereira, es que los clubes en Colombia tienen las potestades de tomar decisiones internas, con autonomía administrativa por encima de los requerimientos establecidos por la División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano – Dimayor.
Eso incluye que el jefe de seguridad asuma decisiones personales de acuerdo a los intereses del club, no de sus intereses personales. Como, por ejemplo: dejar ingresar a quien le parezca y prohibirle el ingreso amparado en los requerimientos Dimayor, a quien le plazca.
En todas las plazas del país, quieran o no, por encima de Dimayor, se pueden tolerar algunas credenciales que se convierten en acciones permisivas de acuerdo a las relaciones institucionales que involucran a actores externos, entre ellos la prensa.
En palabras más, palabras menos, si Rubén Marín quiere dejar ingresar a un periodista amigo suyo al estadio, lo puede hacer por encima de Dimayor, apelando a la autonomía administrativa del club.
Entonces ese marco normativo, regulatorio y coercitivo en algunos puntos, que busca imponer Dimayor a la prensa y que le sirve como herramienta a Pereira para optar por el veto, también se cae frente a los diferentes análisis que se hacen desde esta orilla.
Finalmente, después de evidenciar las falencias, es necesario adaptarse a los manuales, sí, pero también es menester comprender el ejercicio de la prensa, respetarlo, valorarlo y acercarlo más al Deportivo Pereira, no alejarlo.